Invasión y baile
No sé qué habrá pasado esta noche, pero creo que no he sido la única que ha soñado con bichos o reptiles.
En mi primer sueño, me encontraba en un campamento, haciendo una especie de actuación frente a un grupo de gente grande y pequeña. ("Muy pocas personas, demasiada gente" como diría Fito) No recuerdo sus caras y mucho menos sus expresiones. Puede ser que no tuvieran rostro, lo cual es aún más espeluznante. Acabo la actuación. Miro al público y de repente, como por arte de magia, se han transformado en bichos asquerosos. Algunos son larvas, otros tienen más de seis patas. Bajo del escenario con más gente, supongo que mis compañeros de actuación. Intentamos esquivar a nuestra metamorfoseada audiencia, pero nos es imposible sin chafar a algún bicho que otro. El suelo de tierra se va llenando de manchas amarillas, pero conseguimos huir intactos.
Mi segundo sueño es un poco más gracioso. Se sitúa en los ensayos de algún ballet nacional. Mi compañero y yo sentados observando al grupo de bailarines que se mueven como si hubieran nacido así. No les cuesta ningún esfuerzo. Se contorsionean y se doblan como si fueran de goma. La persona que está sentada conmigo no dice nada y yo a él tampoco. Me miro y luego le miro a él. Vestimos atuendos de bailarín. Mayas, calentadores, medias puntas... Él decide arrancarse y unirse al grupo. A mí me entra tremenda vergüenza y le digo :"Por favor, siéntate." Pero él no me hace caso y se integra en el grupo de baile para intentar seguirles el ritmo. Al principio tengo la impresión de que lo hace para que yo me ría, y me río. Pero también me sorprende la perfección con la que ejecuta sus movimientos.
En mi primer sueño, me encontraba en un campamento, haciendo una especie de actuación frente a un grupo de gente grande y pequeña. ("Muy pocas personas, demasiada gente" como diría Fito) No recuerdo sus caras y mucho menos sus expresiones. Puede ser que no tuvieran rostro, lo cual es aún más espeluznante. Acabo la actuación. Miro al público y de repente, como por arte de magia, se han transformado en bichos asquerosos. Algunos son larvas, otros tienen más de seis patas. Bajo del escenario con más gente, supongo que mis compañeros de actuación. Intentamos esquivar a nuestra metamorfoseada audiencia, pero nos es imposible sin chafar a algún bicho que otro. El suelo de tierra se va llenando de manchas amarillas, pero conseguimos huir intactos.
Mi segundo sueño es un poco más gracioso. Se sitúa en los ensayos de algún ballet nacional. Mi compañero y yo sentados observando al grupo de bailarines que se mueven como si hubieran nacido así. No les cuesta ningún esfuerzo. Se contorsionean y se doblan como si fueran de goma. La persona que está sentada conmigo no dice nada y yo a él tampoco. Me miro y luego le miro a él. Vestimos atuendos de bailarín. Mayas, calentadores, medias puntas... Él decide arrancarse y unirse al grupo. A mí me entra tremenda vergüenza y le digo :"Por favor, siéntate." Pero él no me hace caso y se integra en el grupo de baile para intentar seguirles el ritmo. Al principio tengo la impresión de que lo hace para que yo me ría, y me río. Pero también me sorprende la perfección con la que ejecuta sus movimientos.
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