Tuesday, August 22, 2006

Jueves 17 de agosto


Son las 3 de la mañana y me despierto de repente. Miro a mi alrededor pero no reconozco el entorno. ¿Dónde estoy? En uno de mis muchos viajes. pero, ¿qué ciudad toca mañana? Ah, sí, Amsterdam. Aprovecho mi vigilia para ir al baño. Cuando vuelvo me es más difícil conciliar el sueño, así que me enciendo un cigarro y salgo a la terraza. Durante mucho tiempo pienso en nada, me limito a sentir el aire fresco casi frío sobre mi piel. Tirito un poco, pero estoy bien. Aunque sin darme cuenta la brisa ha despertado mis sentidos y ahora sí va a ser complicado volverse a dormir. Mientras, se va consumiendo el cigarro mientras le doy vueltas a lo que tengo y no tengo que hacer sin llegar a ningún orden concluyente. Le doy la última calada y vuelvo a la cama, aunque sin demasiadas esperanzas de dormirme. Doy demasiadas vueltas hasta que se cierran mis ojos. Empiezo a soñar. Me encuentro en una casa grande, nueva, decorada siguiendo una línea muy moderna. Me gusta lo que veo, pero no la reconozco hasta que veo aparecer a mi madre de una de las habitaciones. Sorprendida le digo que qué es todo esto. Ella me contesta que mi padre y ella decidieron hacía ya tiempo hacerse una casa más grande. La decisión me pilla desprevenida, y siento que me hago mayor en cuestión de segundos. ¿Mis padres deciden hacer algo sin pedirle permiso a nadie? Definitivamente, esta no es mi vida. ja ja. Mi madre y yo hablamos sobre la casa y la decoración y le digo que realmente me gusta muchísimo. Ella me encarga que me quede un rato allí mientras ella va a hacer unos recados. La acompaño hasta el jardín y luego vuelvo a la casa. Me dirijo hacia la puerta principal y está abierta y los paraguas del recibidor están todos por el suelo. Me asusto y busco con la mirada el rastro de alguna persona, un intruso, que aparece ante mí de repente. No sé qué hacer. Le digo que se vaya y me obedece, sale al jardín, aunque no deja de desafiarme con la mirada. Intento pedir ayuda a unas señoras que paseaban cerca de la casa, pero cuando quiero gritar no me sale la voz, de repente me había quedado muda? El hombre de aspecto diñoso se ríe de mí y me da a entender que no tengo escapatoria. Hasta que veo aparecer a un perro, supongo que el de mis padres, por detrás de él. Supongo que está entrenado y le doy órdenes de que le ataque, pero mi desesperado intento de que él me salve, se ve frustrado por su vulgar pasotismo. Así que lo tomo en mis brazos y tomo una decisión absurda y poco efectiva, lanzarsélo. Sin embargo, no puedo, se queda pegado a mí a través de una fuerza extraña que lo retiene entre mis brazos. El hombre probablemente piensa en lo patética que resulto y decide irse. Suena el despertador del hotel, hora de ir a trabajar.

2 Comments:

Blogger alon said...

un intruso que puede llamarse "cambio" entra a hurtadillas en la nueva casa de tus padres decorada, puede ser, de "vida adulta", pero antes de preguntarle que es lo que ha venido a hacer intentas echarle. te quedas muda cuando no puedes decir con franqueza lo que piensas. un perro llamado "pasado" que no te escucha, que no te sirve, pero que no puedes despegarte de él.

sigmundfreudiando

2:14 AM  
Blogger Lucia Gomez said...

Me matas

2:43 AM  

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